Operación de pecho ¿afecta a la lactancia materna?
El tema de si una cirugía de aumento o reducción de pecho puede afectar la lactancia materna genera muchas dudas y preocupaciones entre las mujeres. Es normal que te cuestiones si podrás dar el pecho con éxito después de operarte o si sería mejor esperar a ser madre antes de someterte a este tipo de intervención.
En Clínica Cermar, como referentes en operaciones, tanto de reducción como de aumento de pecho en Sevilla, vamos a abordar este tema de forma clara y cercana, basándonos en la experiencia de mujeres que han pasado por esta situación y consejos prácticos para tomar decisiones informadas.

Lactancia y cirugía: ¿son compatibles?
La respuesta corta es sí: es posible amamantar después de una cirugía mamaria, ya sea de aumento o de reducción. Sin embargo, la clave está en si la glándula mamaria ha sido afectada durante la intervención.
Actualmente, la mayoría de las cirugías de aumento colocan los implantes detrás del músculo pectoral, lo que reduce significativamente el impacto en la lactancia. Este enfoque moderno permite que muchas madres puedan amamantar sin problemas.
Por otro lado, en las cirugías de reducción, el panorama puede complicarse dependiendo de cuánto tejido glandular se haya eliminado o si los conductos galactóforos han sido cortados. Aun así, muchas mujeres han logrado establecer una lactancia exitosa, incluso después de este tipo de intervenciones.
Lo que puedes esperar tras una cirugía de aumento
En el caso de los implantes mamarios, es habitual que las mujeres sientan mayor presión durante la subida de la leche. Esto ocurre porque el implante ocupa espacio y genera incomodidad en los primeros días. Sin embargo, este problema se resuelve con una correcta técnica de lactancia y, en la mayoría de los casos, no impide la producción de leche ni la alimentación del bebé.
Además, las técnicas quirúrgicas actuales suelen evitar el área del pezón y la areola, minimizando el riesgo de daño a los conductos galactóforos.
De todos modos, si estás planeando una cirugía de aumento y deseas amamantar en el futuro, es recomendable que se lo dejes saber a tu cirujano, para que lo tenga presente a la hora de seleccionar la técnica de tu intervención de aumento de pechos.
Lactancia tras reducción de pechos
Las cirugías de reducción de pecho son más complejas cuando hablamos de lactancia. Si durante la operación se extirpa parte de la glándula mamaria o se cortan los conductos galactóforos, la capacidad de producir y transportar leche puede verse afectada. Sin embargo, es importante destacar que, en muchos casos, el cuerpo tiene una sorprendente capacidad de adaptarse. Los conductos pueden reconectarse y la estimulación constante puede ayudar a aumentar la producción de leche.
Cuanto más tiempo haya pasado desde la cirugía, mayores son las probabilidades de éxito.
Por ejemplo, una mujer que se sometiera a una reducción hace 5 años y ahora decide amamantar probablemente tendrá mejores resultados que alguien que se operó hace solo 6 meses y se ha quedado embarazada poco tiempo después.
Cuando la baja producción no tiene que ver con la cirugía
En algunos casos, la dificultad para amamantar no está directamente relacionada con la cirugía. Por ejemplo, las mujeres con mamas tubulares pueden enfrentarse a una hipoplasia mamaria (desarrollo insuficiente de la glándula mamaria), lo que lleva a una baja producción de leche.
Este problema podría estar presente incluso antes de la operación. Muchas veces, estas mujeres llegan a la maternidad pensando que la cirugía ha causado su problema de lactancia, cuando en realidad la condición ya existía previamente.
Por ello, es fundamental buscar el apoyo de especialistas en lactancia que puedan identificar las verdaderas causas y ofrecer soluciones personalizadas.

Infórmate y no dejes de intentarlo
Es importante que no te adelantes a pensar que no podrás amamantar solo porque has tenido una cirugía mamaria. En muchas ocasiones, los problemas iniciales pueden superarse con paciencia y apoyo adecuado. Si bien la subida de la leche podría tardar un poco más, con la ayuda de profesionales especializados en lactancia puedes establecer una rutina efectiva y, en caso necesario, combinarla con un tratamiento adecuado .
Si estás considerando una cirugía mamaria y también planeas amamantar en el futuro, es importante que hables con tu cirujano sobre el impacto que esta podría tener en la glándula mamaria.
Pregunta si la operación tocará los conductos galactóforos o si la colocación de los implantes será detrás del músculo pectoral. Esta información te dará más claridad para tomar una decisión que se ajuste a tus deseos y necesidades.
Como conclusión
La cirugía mamaria y la lactancia materna no son incompatibles. Muchas mujeres han logrado alimentar a sus bebés con éxito después de someterse a un aumento o reducción de pecho. La clave está en comprender tu anatomía, informarte sobre el tipo de cirugía que te han realizado o que planeas hacerte, y buscar apoyo especializado si surgen dificultades.
Recuerda que cada caso es único, y tu capacidad para amamantar dependerá de múltiples factores, no solo de tu cirugía. Lo más importante es intentarlo y rodearte de profesionales que puedan guiarte en el proceso. Al final, lo que cuenta es el bienestar de tu bebé y tu tranquilidad como madre.

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